Bajo un enfoque de “conservación inclusiva“, la iniciativa combina restauración ecológica con el desarrollo productivo local. Además de la reforestación, el proyecto brinda capacitación y asistencia en actividades productivas sustentables, así como apoyo para el acceso al agua segura según las necesidades de cada familia. “Pequeños cambios en las actividades productivas, la restauración, la puesta en valor y el cuidado de los recursos ambientales pueden hacer la diferencia. Más allá de apoyar el desarrollo productivo, buscamos garantizar un entorno sano para toda la región, fortalecer la conectividad entre áreas protegidas, mejorar los causes de agua y contribuir además a la conservación del yaguareté“, indicó Villalba. Desde 2008, la Fundación Vida Silvestre trabaja en la restauración forestal en la provincia de Misiones. En Comandante Andresito, más de 120 familias rurales contribuyeron a la recuperación de más de 400 hectáreas. Actualmente, los esfuerzos están enfocados en San Pedro, con la meta de superar las 380 hectáreas bajo proceso de restauración este año. “El conocimiento de la población local, sumado a la experiencia del equipo técnico del proyecto, es clave para resguardar los servicios ambientales esenciales, como el agua. Las familias que participan no solo están restaurando, están apostando y promoviendo un futuro mejor para sus hijos y para la naturaleza que los rodea”, enfatizó Villalba. Las acciones de restauración incluyen tres modalidades: – Plantación sobre macizo, que consiste en la reforestación de áreas degradadas con escasa o nula vegetación. – Enriquecimiento de monte, que refuerza la regeneración natural de áreas forestales existentes. – Sistemas agroforestales, que integran cultivos productivos –como la yerba mate- con especies arbóreas nativas para mejorar la biodiversidad y la sustentabilidad económica de las familias participantes. La selva misionera forma parte de la ecorregión del Bosque Atlántico, que se extiende por Argentina, Brasil y Paraguay. Es uno de los ecosistemas más biodiversos del mundo y desempeña un papel crucial en la mitigación del cambio climático, la regulación hídrica y el sustento de comunidades locales. Sin embargo, más del 80% de su superficie original se perdió debido a la deforestación y la fragmentación del hábitat. La degradación del bosque no solo impacta la biodiversidad, sino también a las personas que dependen de él para su bienestar y desarrollo. |