En la ceremonia de los Óscar celebrada este domingo, “Anora” fue la gran protagonista al obtener cinco premios, incluyendo mejor película, mejor director y mejor guion original para Sean Baker, y mejor actriz para Mikey Madison. La película, que narra la historia de una bailarina exótica que se casa con el hijo de un oligarca ruso, también ganó el premio a mejor montaje. Alex Segura, periodista de la Voz de América, con los detalles desde Los Ángeles, California
¿Es drama? Es drama. ¿Es comedia? También es comedia.
Algunos ven en Anora la historia de Cenicienta, pero mucho más jugada y, no hay que spoilear, pero las películas de Baker no suelen tener un happy end.
Se parece más a Mujer bonita, en la que Vivian, la prostituta que encarnaba Julia Roberts, se enamoraba de otro tipo que nada en dinero (Edward, que interpretaba Richard Gere). Pasaron 35 años, y el sueño americano de Vivian y de Anora tal vez sea el mismo, pero la realidad actual y la de los ’90 no son simétricas.
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Mikey Madison ya le había ganado como mejor actriz a Demi Moore (que parecía la favorita) en los premios BAFTA. Foto Reuters
Pero Baker, un especialista en retratar el white trash estadounidense, de Tangerine a Proyecto Florida, no encorseta ni pinta a ninguno de los personajes como villano -aunque a más de uno darían ganas de asesinarlo-. Todos están movidos por el poder el dinero. Todos, menos uno. Igor (sí, como el ayudante del doctor Frankenstein), que interpreta un injusto perdedor del Oscar anoche, Yura Borisov, y que integra el séquito de rusos que debe cuidar al malcriado Vanya (Mark Eydelshteyn).
Hollywood rendido a sus pies
La Academia de Hollywood se rindió a los pies de Sean Baker, que subió al escenario del Dolby Theatre no una, ni dos, ni tres, sino cuatro veces: como fue productor del filme, se llevó la estatuilla a mejor película, y también ganó mejor dirección, guion original y edición.