El ganador del Nobel, Peter Howitt, advierte que la inteligencia artificial podría destruir más empleos que los que crea

El mismo día en que el gobernador de California, Gavin Newsom, firmó la histórica ley SB 243 —la primera normativa en Estados Unidos que regula los chatbots impulsados por inteligencia artificial—, el economista Peter Howitt, recientemente galardonado con el Premio Nobel, hizo públicas sus advertencias sobre los riesgos que entraña la rápida expansión de la IA. La nueva legislación californiana obliga a las plataformas que operan chatbots a revelar que no son humanos y a aplicar protocolos de seguridad para proteger a los menores. El proyecto busca imponer salvaguardas frente a contenidos de autolesión, desarrollo de vínculos emocionales inapropiados con usuarios jóvenes o generación de mensajes engañosos. Howitt, cuyos estudios sobre la “destrucción creativa” —la teoría que explica cómo nuevas tecnologías sustituyen estructuras antiguas, fomentando crecimiento pero eliminando empleos— le valieron el Nobel junto al economista francés Philippe Aghion y al historiador estadounidense-israelí Joel Mokyr, advirtió que aunque la IA abre “posibilidades sorprendentes”, su adopción indiscriminada puede generar efectos sociales y económicos profundos. Según Howitt, tecnologías disruptivas como la IA pueden acelerar la sustitución de profesiones tradicionales, modificar mercados laborales y aumentar la desigualdad si no se encaminan con regulaciones adecuadas. En su visión, el reto es lograr un equilibrio entre innovación y control responsable, evitando que decisiones tecnológicas desborden la capacidad normativa y social. El CEO de Anthropic, Dario Amodei, advirtió recientemente que la IA podría eliminar el 50% de los empleos de oficina de nivel inicial dentro de cinco años. La firma de la ley SB 243 marca un hito en la regulación tecnológica estadounidense, en contraste con las presiones de la Casa Blanca para minimizar controles federales sobre la IA. California, al erigir un estándar estatal exigente, podría convertirse en modelo regulatorio para otros estados o para políticas nacionales en el futuro.