Tenía 88 años y estaba internado hace un mes con un delicado cuadro de salud
El «Cholo de la gente» marcó una época dentro del periodismo, fue una figura entrañable de la ciudad y a lo largo de su vida tuvo un sinfín de reconocimientos, pero el que más atesoró fue el afecto y respeto que los vecinos le demostraban diariamente.
Sin dudas, cuando alguien en Mar del Plata decía ‘Cholo’ todos sabían de quien se estanan refiriendo.
Si bien nació en Tandil, en el hogar de José y Josefa Conforte, a la edad de 4 años su familia se radicó en Mar del Plata y fue lustrabotas, canillita, peón de albañil, panadero, empleado de una escribanía y gerente de una cooperativa.
En 1961 hizo su debut en el periodismo, en el equipo de Leftalá Abraham ‘Pivot’ que se transmitía por Canal 8, donde forjaría una carrera ininterrumpida durante 37 años, hasta enero de 1999. Su incondicional público lo siguió acompañado luego en La Capital Cable y también lo pudo ver en ‘Tema Central’ por la emisora de la avenida Luro.
Vicente Luis “Cholo” Ciano fue hijo de José Ciano y Josefa Conforte, nació en Tandil y a los 4 años se radicó en Mar del Plata, donde ejerció su profesión y se transformó, sin quererlo, en un emblema del periodismo. Fue una de las caras de Canal 8 durante 37 años
También en la radio marcó un camino en memorables programas deportivos como ‘Radio Deportes’ y ‘Ovación’ junto a Juan Carlos Morales, Jorge Rocco, Blanca Navarte, Luis Carlos Secuelo, Fernando Bravo, Alfredo Marques, Walter Saavedra y Julio Macías. Allí cumpliría además, funciones de columnista con el fallecido Juan Carlos Vilches y con Jorge Formento.
Ciano se desempeñó en el diario El Atlántico, donde escribía la columna ‘Pulso Deportivo’ y también fue parte del legendario Suplemento Rosa de ese matutino.
En 1999 el Concejo Deliberante sancionó la ordenanza 12.604 por la cual se le otorgó a Ciano la distinción al “Mérito Ciudadano” y casi 11 años después, recibió el título de “Ciudadano Ejemplar” de la ciudad de Mar del Plata. En la oportunidad, Ciano recibió una copia de la Ordenanza 20.035, a través de la cual el Cuerpo Deliberativo local reconoció “sus valores humanos y conducta de vida”, las cuales “resultan inspiradoras y ejemplificadoras para nuestra comunidad”.