Una consulta busca definir si la normativa debería implementar el USB-C para reducir residuos electrónicos
El gobierno de Reino Unido inició una consulta pública para evaluar la posibilidad de convertir el USB-C en el estándar común de carga para dispositivos electrónicos, sumándose a las medidas ya adoptadas por la Unión Europea e India. La iniciativa es liderada por la Oficina de Seguridad y Normas de Productos, parte del Departamento de Comercio y Negocios, con el objetivo de recoger opiniones de fabricantes, importadores y asociaciones comerciales sobre la viabilidad de esta medida.
De adoptarse esta normativa, Reino Unido alinearía su mercado con la normativa de la UE, que entrará en vigor a finales de 2024. Esta legislación obligará a los fabricantes de dispositivos como teléfonos inteligentes, tabletas y auriculares a utilizar USB-C como puerto único de carga, con el fin de reducir residuos electrónicos y facilitar la compatibilidad entre cargadores. Apple, por ejemplo, ya ha abandonado su conector Lightning en la reciente serie iPhone 15 en respuesta a los requerimientos europeos.
India, por su parte, también ha dado un plazo a las empresas para adoptar el estándar USB-C antes de marzo de 2025. Extenderá su alcance incluso a teléfonos de funciones básicas y portátiles, cuya obligatoriedad se pospuso hasta 2026.
En un comunicado, la Oficina de Seguridad y Normas de Productos expresó que “introducir un estándar de cargadores para dispositivos portátiles podría ser beneficioso tanto para empresas como consumidores, y también reduciría el impacto ambiental“. La consulta busca determinar si es conveniente que el Reino Unido se adhiera al USB-C como estándar, tal como lo ha hecho la UE, o si debería optar por un sistema independiente.
Los expertos señalan que, en caso de que Reino Unido decida adoptar un estándar diferente, los fabricantes probablemente ofrecerían adaptadores para mantener la compatibilidad entre dispositivos y evitar desarrollar versiones exclusivas para ese mercado. Sin embargo, alinear las normativas con las de Europa reduciría los costos operativos para las empresas tecnológicas y simplificaría la experiencia de los consumidores.
Asimismo, la propuesta de adoptar un puerto de carga universal busca atacar el problema del aumento de residuos electrónicos, uno de los desafíos ambientales más urgentes. Según la legislación europea, las nuevas normas permitirán que los consumidores reutilicen sus cargadores, evitando la acumulación de cables innecesarios, lo que contribuirá a reducir la huella ecológica del sector electrónico.
Si Reino Unido sigue los pasos de la UE e India y adopta el USB-C como estándar universal, no solo facilitaría la compatibilidad entre dispositivos, sino que también se sumaría al esfuerzo global por reducir los residuos electrónicos. El proceso de consulta definirá los próximos pasos a seguir, con implicaciones que podrían abarcar desde teléfonos inteligentes hasta laptops y otros dispositivos portátiles.
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