Un estudio revela que la cafeína reduce el volumen de la materia gris, pero el efecto parece ser temporal
La materia gris es la parte del cerebro que alberga las neuronas y sinapsis encargadas del procesamiento de la información. La materia blanca, en cambio, es la red de fibras nerviosas que conecta estas neuronas. Investigaciones previas han sugerido que la cafeína puede tener efectos tanto beneficiosos como perjudiciales en el cerebro, desde la reducción del volumen de la materia gris hasta la posible protección contra enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson.
Un estudio realizado en 2021 por investigadores de la Universidad de Basilea analizó precisamente el impacto de la cafeína en la materia gris del cerebro. Se sabía que la cafeína puede afectar el sueño, y la falta de sueño puede reducir la materia gris. Por ello, los investigadores quisieron determinar si los cambios cerebrales observados eran consecuencia de la cafeína en sí misma o de su influencia en el descanso.
Para llevar a cabo el experimento, reclutaron a 20 voluntarios jóvenes y sanos. Durante diez días, los participantes tomaron tabletas de cafeína, y en otro período de diez días, consumieron tabletas placebo sin saber cuál era cuál. Al final de cada período, los científicos analizaron la estructura cerebral de los participantes mediante imágenes de resonancia magnética funcional (fMRI) y evaluaron la calidad de su sueño con electroencefalogramas (EEG).
Los resultados mostraron que, después de diez días de consumo de cafeína, los participantes presentaban una reducción notable en el volumen de la materia gris. Sin embargo, este efecto no se observó tras el período de placebo. Curiosamente, no hubo diferencias en la calidad del sueño entre ambos períodos, lo que sugiere que la reducción de la materia gris no se debía a alteraciones en el descanso, sino a un efecto propio de la cafeína.

El área del cerebro más afectada fue el lóbulo temporal medial derecho, donde se encuentra el hipocampo, una región clave para la memoria y la orientación espacial. Esto coincide con los hallazgos de un estudio realizado en 2022 en ratones, que descubrió que el consumo prolongado de cafeína provocaba cambios moleculares en el hipocampo.
A pesar de estos resultados, los investigadores enfatizan que los cambios en la materia gris parecen ser reversibles una vez que se deja de consumir cafeína. «Las modificaciones en la morfología cerebral parecen ser temporales», explicó Carolin Reichert, autora del estudio. No obstante, señaló que hasta el momento no se han realizado comparaciones sistemáticas entre personas que consumen café habitualmente y aquellas que toman poca o ninguna cafeína.
Reichert también fue cautelosa al interpretar los hallazgos, aclarando que su estudio no sugiere que la cafeína perjudique la función cognitiva. De hecho, varias investigaciones han indicado que el consumo de cafeína puede tener efectos neuroprotectores y retrasar el deterioro cognitivo en personas mayores con riesgo de enfermedades neurodegenerativas.
Una posible explicación de estos resultados aparentemente contradictorios es la diferencia en los grupos de estudio. Mientras que muchas investigaciones previas han analizado el impacto de la cafeína en personas mayores con cierto grado de deterioro cognitivo, este estudio se centró en jóvenes sanos.
En definitiva, aunque los resultados no sugieren que la cafeína dañe el cerebro, sí dejan en claro que el consumo diario de esta sustancia altera su estructura, lo que justifica la necesidad de seguir investigando su impacto a largo plazo. Como siempre, la clave parece estar en la moderación: disfrutar del café sin excesos podría ser la mejor estrategia para obtener sus beneficios sin alterar demasiado nuestro «hardware» cognitivo.