Si eres muy emocional, ¿puede que seas menos inteligente?

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Un estudio encuentra que la capacidad para el pensamiento racional predice las habilidades cognitivas, y las dos cosas tienen un componente hereditario

Seguro que en algún momento has conocido a alguien que siempre parece tener la respuesta correcta, esa persona que resuelve problemas sin esfuerzo y toma decisiones acertadas como si fuera algo natural. Y también están esas personas que, al contrario, se dejan llevar por sus emociones y acaban tomando decisiones impulsivas o equivocadas.

¿Es solo cuestión de ser más listo o emocional? Un nuevo estudio parece tener la clave y es que la inteligencia y la racionalidad tienen un vínculo genético más importante del que imaginábamos.

Gemelos, genética y decisiones

La investigación, liderada por el profesor Timothy C. Bates de la Universidad de Edimburgo, se basó en el análisis del Brisbane Adolescent Twin Study, un proyecto que lleva años estudiando el comportamiento y la genética de gemelos. El equipo analizó a 1.570 personas, incluyendo gemelos idénticos, que comparten el 100% de sus genes, y también a gemelos fraternos, que comparten aproximadamente la mitad.

Al comparar los resultados, los investigadores lograron determinar cuánto influye la genética en la inteligencia y en la capacidad para tomar decisiones racionales. Los participantes realizaron varias pruebas. Para medir la inteligencia se evaluaron habilidades como el vocabulario, el razonamiento numérico y el reconocimiento de patrones. La racionalidad, por otro lado, se midió con el famoso Cognitive Reflection Test, que presenta problemas diseñados para activar respuestas impulsivas pero incorrectas, obligando a los participantes a pensar un poco más allá para dar con la solución adecuada.

Racionalidad e inteligencia, las dos caras de la moneda

Los resultados sorprendieron incluso a los investigadores. Tanto la inteligencia como la racionalidad mostraron una fuerte inclinación genética, pero también estaban tan relacionadas que la racionalidad se reveló como una extensión directa de la inteligencia. Descubrimos que la irracionalidad, lejos de ser algo separado, es uno de los mejores indicadores de una menor capacidad cognitiva, dijo Bates. En otras palabras, cuando alguien se deja llevar por corazonadas erróneas o ignora información clave al tomar decisiones, es probable que esto esté relacionado con un menor nivel de inteligencia.

¿Y qué pasa con las emociones?

Este estudio también sugiere que las personas más racionales tienen una mayor capacidad para gestionar sus emociones en momentos de presión. Esto no significa que sean frías o que no sientan, sino que logran procesar la información de forma lógica incluso en situaciones emocionalmente intensas.

¿Se puede mejorar la racionalidad?

Aunque el estudio destaca la influencia genética en la racionalidad, también deja claro que esta habilidad se puede entrenar. Actividades que fomenten el
pensamiento crítico, la reflexión pausada y la resolución de problemas pueden ayudarte a tomar mejores decisiones y a desarrollar una mente más clara y eficaz. Así que, si alguna vez te has preguntado por qué algunas personas parecen tener ese don para tomar decisiones acertadas, la respuesta es una mezcla de genética y práctica.

REFERENCIA

Cognitive rationality is heritable and lies under general cognitive ability